martes, 22 de septiembre de 2009

Corazones rotos

¿Cuántas veces no hemos querido a alguien y no llegamos a ser correspondidos? ¿Cuántas veces no comenzamos a idealizar a las personas? ¿Cuántas veces callamos aquella voz que nos dice cuidado, esta persona no es la ideal para ti?

A todos nos han roto el corazón, hemos querido, adorado o amado a alguien que no nos quiere igual, algunas veces empezamos a crearnos un bello y atractivo príncipe tomando de base a un sapo. Nos dicen te quiero y comenzamos a pensar que eso en realidad está pasando, que en realidad pueden llegar a querernos tal y como nosotras esperamos del chico que nuestros sueños, nos dicen que somos lindas y pensamos que somos el centro y el fin del universo de aquellos chicos y ¿Qué hacemos? los hacemos nuestro centro y fin del universo, esperamos impacientes aquella ventanita que indique que está conectado en el MSN o que nos está hablando o mandando algún mensaje y mientras no vemos esto, somos un manojo de nervios, cuando llegamos a casa, lo primero que hacemos es encender la computadora esperando alguna señal de vida de nuestro amor y luego cuando nos habla sentimos que tocamos el cielo, pero si no nos habla, si no nos habla vivimos un infierno ¿o no chicas? comenzamos a divagar, a imaginar cosas, a pensar que ya no nos quiere, que nos va a dejar, que la última vez que lo vimos le dijimos muy cortantemente que ya se fuera a su casa porque comenzábamos a sufrir su ausencia; en fin, todo el tiempo pensamos un sinfín de cosas tontas y eso no es lo peor, lo peor viene cuando externamos a las personas equivocadas estas dudas y temores, entonces nos dan los peores consejos que nos hacen seguir divagando hasta sentirnos que tenemos que vivir por y para la felicidad de nuestro amor, que no tenemos que quejarnos del poco tiempo que nos dedica, de la ausencia de interés hacia nuestras vidas, que esos te quiero hayan desaparecido, que ya no nos besa ni abraza como antes, comenzamos a pensar que toda es nuestra culpa, que exigimos demasiado, que no merecemos más de lo que obtenemos y que nos debemos esforzar para obtener más, que debemos de darle más libertad, aceptar vernos menos tiempo, quedar en segundo lugar después de los amigos, etc.

¿Pero en realidad es culpa nuestra que de repente den todo por nosotras, sean capaces de cruzar la ciudad entera para vernos una vez a la semana, nos digan por el MSN o alguna red social que nos quieren cuando en persona son totalmente diferentes?

¿En realidad las que tenemos que cambiar somos nosotras?

¿Tenemos que dejar a un lado el concepto de relación que nosotros quisiéramos con tal de estar con aquél chico que tiene indicios de aburrimiento de nosotras?

El verdadero amor no dura 2 semanas, un mes, 3 meses a 6 meses, los detalles, los te quiero nunca faltarán cuando hay amor verdadero, la costumbre es muy diferente al fastidio, no es lo mismo que veas a alguien diario y no sientas ninguna emoción al verlo que aunque lo hayas visto hace pocas horas quieras abrazarlo y besarlo

Por todo esto, no chicas, nosotras no estamos mal, nosotras entregamos el corazón, entregamos nuestra alma entera, nos enamoramos, los queremos y los adoramos sin exigir mucho a cambio y ellos a veces no están dispuestos a compartir su tiempo ni “perder su libertad”

Porque cada una vale oro, el corazón de una mujer es lo más bello y puro porque de ahí sale el amor más incondicional que es a los hijos, de ahí sale el amor y cariño más dulce y sincero hacia los chicos de los cuales nos enamoramos. Es fácil enamorar a una mujer, eso, nosotras lo sabemos y ellos también, lo que ellos no saben es todo lo que pierden y destrozan cuando como un huracán pasan por nuestra alma y dejan un corazón roto

El problema no es que nos enamoremos, que entreguemos el alma y el corazón, el problema es que no nos fijamos a quien se lo damos, vamos caminando por el mundo con los ojos vendados, con las manos extendidas ofreciendo nuestro corazón al primero que te hable bonito, que diga que va a conseguir enamorarte, que tenga unos ojos divinos o te dé un pequeño detalle

¿Pero qué pasa? les entregamos nuestro corazón, no nos fijamos y cuando vemos nuestro corazón se encuentra en una esquina y en vez de hacer lo correcto que sería tomar nuestro corazón y emprender la graciosa huida de la vida de aquél chico, ¿qué hacemos? los perseguimos más, como si nuestra vida dependiera de ellos, como si fuéramos a perder la vida sin ellos, como si realmente nuestra felicidad dependiera de ellos

Y esto… en realidad no es cierto, antes de que los conociéramos teníamos una vida, antes de ellos también sabíamos sonreír, sin necesidad de que hubiera un chico de por medio, antes de ellos no pasábamos horas llorando o extrañando a alguien, antes de ellos no permitíamos que nadie nos hiciera daño, teníamos un plan de como tendría que ser nuestro príncipe, que en realidad modificamos para que aquel chico encajara en el prospecto de príncipe, aumentamos o disminuimos la edad ideal, pasamos por alto que no tenga carrera, pasamos por alto que tengan hijos e incluso podemos ser capaces de pasar por alto que no seamos las únicas en su vida y callamos esa voz que nos grita que aquello, esa relación terminará mal, nos escudamos en la frase de que el amor lo perdona todo, perdonamos que nos no nos hablen aunque necesitemos su voz, perdonamos ser secundarias y hasta terciarias en sus vidas e incluso algunas podríamos ser capaces de perdonar infidelidades

Decimos que lo hacemos por amor, que cambiamos nuestros sueños e ideales de una relación para no presionarlos para no asustarlos para que no huyan

Y ¿cuál es la real situación? la realidad es que nos devaluamos, sentimos que nos hacen un favor al estar un tiempo con nosotras porque no sabemos estar solas o porque llevamos mucho tiempo solas o porque estamos saliendo de alguna otra decepción, nos volvemos dependientes de ellos, de sus llamadas, de sus mensajes, de su voz, de su cuerpo, etc. los convertimos en nuestra droga y cuando nos falta nos da el síndrome de abstinencia, nos sentimos morir y al igual que con una droga, cada vez necesitamos más y más de lo poco que están dispuestos a darnos… y ¿saben qué chicas? eso no es amor

Dicen que para querer hay que comenzar por nosotras mismas, enamorarnos de nosotras, subirnos a nosotras en un pedestal que nadie pueda quitar para que nunca permitamos que nos hagan daño, porque en nuestra vida lo más importante que tenemos es nosotras mismas, si nosotras no nos queremos, si no nos valoramos… ¿quién más lo hará?… les tengo una respuesta: NADIE

No estoy sola… me acompaño

Sé que son un poco largos mis post, pero espero que quienes lo lean completo pongan un comentario XD así sé que alguien lee todo esto

1 comentario:

La escafandra y la mariposa dijo...

Hola, pues bueno, no soy una chica pero de todos modos opino. A mi parecer no debes de esperar a que las personas se comporten como te gustaría a ti que lo hicieran. Finalmente el comportamiento es individual, aunque ciertamente sean una pareja. Siempre prevalecerá el individuo. Por tal motivo, es de suma importancia conocer a tu prospecto de pareja un tiempo previo y evaluar si eso es lo que quieres en la vida….en tu vida. Entendiendo que la base de toda relación es la comunicación. Siempre habrá cosas que te harten de esa “personita especial”, pero he ahí que la comprensión (y aceptación) tendrá un papel fundamental. Coincido completamente en que para amar a alguien es de suma importancia tener primero nuestro concepto individual bien presente y por encima de todo y, así, no seremos presa fácil de los sentimientos, actitudes o frases de los demás. Saludos….y por cierto esta muy padre tu gato….