jueves, 17 de abril de 2008

¿Feliz como lombriz? o ¿comes gusanitos?

Todas las personas nacemos un día, para nuestras madres, quizá en el día más feliz de sus vidas, el evento del nacimiento de un hijo es algo tan maravilloso que solo una madre puede saber, desde ese día nos dicen que nacimos para sufrir, pero que el propósito de la vida es buscar la felicidad de cada uno

Cada persona tiene la idea de lo que es la felicidad y como tiene que buscarla, el final de una vida feliz y completa según lo que nos han enseñado es que tiene que ser a una edad mayor, en cama, rodeados por nuestros seres queridos que será nuestra familia que habremos formado al paso del tiempo con la persona que algún día conocimos y que como dicen por ahí es nuestra alma gemela, la muerte perfecta: sin dolor, morir durmiendo, que al contrario de cuando nacimos que nosotros lloramos cuando nacemos, la gente a nuestro alrededor sea la que llore por nuestra partida

Sin embargo, esto esta muchas veces alejado a la realidad, las personas simplemente existen, no viven, ven, no observan, pasan, no disfrutan de lo que es la vida en realidad, simplemente el soplo del aire, sea tibio o frío puede ser disfrutado, el que las lágrimas salgan poco a poco de los ojos por una gran emoción, por una gran tristeza, por una partida, eso puede ser disfrutado, la sonrisa de alguien desconocido, la sonrisa de un niño que a cualquiera que se deje regala, la risa de un amigo, la risa de una amiga, el abrazo de los amigos, de los amigos verdaderos que están ahí o que nos hacen saber de su presencia en el momento en el que más se les necesita, que en ciertos momentos nos cuidan, nos regañan, nos jalan las orejas aunque no entendamos, eso también debería de ser disfrutado, pero las personas solo caminan por su camino que les ha marcado la vida, la familia o la sociedad, ¿cuantas veces te has detenido a disfrutar de una luna llena?, ¿cuántas veces te has detenido a observar el cielo que a pesar de la contaminación deja ver algunas estrellas?, ¿cuándo fue la última vez que jugaste bajo la lluvia, dejando salir el niño interior que hay en cada persona, sin que te importara si era lluvia ácida o si al otro día ibas a amanecer con un resfriado?, ¿cada cuanto les dices a las personas que quieres que las quieres y que son importantes para ti?

Paseando por la vida me encontré con una familia un poco peculiar, bueno, he de decir, bastante peculiar, eran de fuera del DF obviamente, por sus vestimentas, pero eso no fue lo peculiar que observé, de repente y como cualquier niño un niño salió corriendo jugando con quien yo creo que era su hermana, y vi que no eran 2, eran 5 hijos de una señora, los niños comenzaron a hablar, pero no entendía ni una sola palabra, al principio creí que era porque eran niños y su lenguaje era aún incomprensible, después oí hablar a la mamá, hablaba en una lengua indígena, en ese momento entendí el porque de su vestimenta, el porque de tantos hijos, realmente hoy en día es difícil ver a una familia tan numerosa, lo que pensé fue, ¿que hacía una familia a esas horas de la mañana? y ¿por qué los niños mayores no se encontraban en la escuela?, la situación la obvié, familia de provincia que se le ocurrió la feliz idea de migrar al DF a buscar una oportunidad, por lo que se veía seguían buscando... la situación pasó, pero ¿cuántas veces no hemos visto a los niños pidiendo limosna en el metro, en las calles vendiendo dulces, limpiando parabrisas?, ¿cuántas mujeres a las que solemos llamar "Marías" no hemos visto a lo largo de nuestros caminos pidiendo limosna?, unas con hijos, otras sin hijos, yo he visto hasta familias enteras con todo y padre, ¿cuántas veces no hemos visto a los "invidentes", "sordomudos" vendiendo dulces, plumas, cantando o simplemente pidiendo limosnas?. Corren rumores que esos niños que vemos son niños robados, secuestrados, abandonados que drogan ciertas personas para ese fin, que los mantienen encerrados y amenazados para que "trabajen" para ellos, corre el rumor que aquellas "Marias" cuentan con "padrotes" que las ubican en un punto estratégico para obtener ganancias, lo que si he visto es un "invidente" viendo, ese si fue el colmo, uno como médico se da cuenta de las cosas, de como observan los ciegos, de como mueven los ojos, vi un día un "invidente" que pedía limosna que como por arte de magia recuperaba la vista, dejaba de necesitar el bastón, en fin, en alguna ocasión oí en la radio en el programa de Huevos, que había una invidente que se valía por ella misma, que tenía un trabajo al cual se desplazaba por sí sola, y me pregunto ¿porqué entonces hay tantos pidiendo limosna?, a lo que voy es el siguiente punto, no creo que eso sea para alcanzar su felicidad, cada quien lucha e intenta alcanzarla a su manera, pero engañando a la gente, esperando que lo mantengan no creo que se pueda, como decía, hay tantas personas que simplemente pasan sin observar, solo dan una o dos monedas para calmar su culpa, de que ellos tienen que tener caridad con la gente necesitada o si no se irán al infierno del cual ultimamente tanto habla el Papa, que yo no sé como se comunica con Dios, pero por lo último del vaticano se le ocurrieron nuevos pecados, ay de mi puedo decir jeje. El punto es ese tipo de gente además de simplemente existir por existir, quiere vivir a costa de los demás

Existen otras personas, que de repente parece ser que despiertan un día y dicen que no pertenecen al mundo en el que viven, que nadie los entiende, que necesitan ser entendidos y por eso (y bien dice un dicho: Dios los hace y ellos se juntan) se juntan en pequeños grupitos por que se sienten conectados por una misma situación, así fueron creados los darketos, punketos, etc. todos esos grupos que en realidad no conocemos del todo puesto que ese misticismo forma parte de ellos, pero últimamente a los adolescentes les pegó feo el efecto televisión, alguien un día despertó con las hormonas a todo lo que daban y por todos esos cambios dijo: nadie me entiende, nadie me quiere, todos me odian, mejor me convierto en un EMO, se le ocurrió un vestuario entre dark y punk pero con mucho rosa, monitos, moñitos y un fleco largo y negro, ahora y hoy en día se ven caminando en grupos por las calles, ellos dicen ser infelices, unirse porque se sienten acompañados, pero el día de hoy les tengo una buena noticia, eso que sienten se llama adolescencia, y es un torbellino de hormonas que por el cambio están medio alocadas, ¿cuantos de nosotros no dijimos alguna vez lo mismo en nuestros años de adolescencia? nadie me quiere, mi mamá no me entiende, todo el mundo me odia, odio al mundo, pero ninguno de nosotros se convirtió en un extraño ser con nombre de pescadito de caricatura sin N (NEMO - N = EMO), chicos emos les recomiendo no doparse y dejar que pase la adolescencia y para los más grandecitos, dejar a un ladito el niño que quiere llamar la atención y ponerse a estudiar, trabajar, en fin, ser productivos en la vida, buscar su felicidad y dejar atrás esas ideas suicidas

No sé si la felicidad se busca o sola llega, sé que he estado en lugares donde he querido buscar la felicidad y no la he encontrado porque no eran los lugares correctos, Dios en su palabra dice que si sigues el camino que Él marcó para nosotros obtendremos lo mejor de la vida, así que confiaré en estas palabras y que pase lo que tenga que pasar y lo que no tenga que pasar, que no pase

¿Y tú que piensas? ¿eres feliz? o ¿andas buscando la felicidad o sigues esperandola?

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viernes, 11 de abril de 2008

Pekño cuento

Erase una vez una princesita que buscaba encontrar a su príncipe, soñaba con un lindo príncipe con una sonrisa que podría enamorar solo a ella, unos ojos que pudieran llenarse de amor simplemente al verla, una boca que solamente pudiera decir hermosas y dulces palabras de cariño que solo pudiera dirigirle a ella, unos brazos fuertes que pudieran abrazarla y protegerla y unas piernas llenas de vigor para que pudiera correr a su rescate por cualquier problema
Con todo esto soñaba la hermosa princesita, y suspirando miraba diariamente através de su ventana, esperando ver cruzar las puertas del reino a su muy deseado príncipe montando un hermoso y fino corcél blanco, dispuesto a dar todo por su amor
Al cumplir la mayoría de edad, el Rey, su padre, hizo correr la noticia de que la princesa contaba con edad para ser desposada, la noticia circuló a través de muchos reinos, al paso del tiempo fueron llegando príncipes y plebeyos de toda clase
La princesa debía de observar a los príncipes a través de una pequeña rendija colocada atrás del trono, al momento en el que saliera de su escondite se conocería al príncipe que ella habria elegido como su esposo, el Rey adoraba a la princesa, así que no deseaba que se desposara con alguien que no fuera elegido por ella
El primero fue un príncipe de una lejana tierra, muy rico, con muchas tierras y mucho poder, el único defecto que le observó la princesa fue su edad, era mucho mayor que ella, sus ojos expresaban madurez, carecían de esa chispa que se mantiene en la juventud y se pierde al pasar por las experiencias difíciles de la vida, ella no quería eso, quería alguien con quien aprender: La princesa no salió, el príncipe fue despedido del reino por elloLuego llego un principe joven, no tan rico como el anterior, pero hijo de un Rey muy poderoso, heredero al trono, era muy parecido a un ángel, ojos azules como el cielo, cabello rubio como el oro, sin embargo en sus ojos la princesa solo veía avaricia, observó como se deleitaba con las riquezas del reino, con las hermosas plebeyas del castillo, la princesa tampoco quería eso, queria alguien que pudiera verla solo a ella. La princesa tampoco salió y el príncipe se retiró
El tercero en llegar fue un plebeyo, no era rico, ni poderoso, pero era muy trabajador, su físico no era parecido a un angel, pero bien podría haber sido una bella obra de algún escultor famoso, pero en sus ojos la princesa observo inexperiencia, lo único que conocia el plebeyo era su oficio, que era de artesano, solo podía hablar de su trabajo, la princesa al estar acostumbrada al vivir en el palacio llena de lujos, rodeada de sabios que le enseñaban como funcionaba el mundo en el que vivian pensó que no podría pasar el resto de su vida acompañada de alguien con quien no pudiera platicar, el plebeyo le agradaba, pero también lo dejó pasar
Un cuarto fue un príncipe hermoso, de un reino pequeño que estaba creciendo poco a poco, un joven delicado, cabello del color caoba, figura delicada pero fuerte y muy atractiva, una sonrisa que era casi divina, al verlo a lo lejos la princesa dio un paso enfrente, sentía que estaba enamorada, sentía que él era el príncipe de sus sueños, dos pasos antes de llegar al trono se paró en seco, había alcanzado a ver los ojos de su padre que la miraban con desaprobación, con una mirada señalo los ojos del príncipe, a la princesa le costó trabajo observar lo mismo que su padre, pero después de mirarlo por unos segundos vio que era lo que tanto le desagradaba: ese príncipe que ella de lejos y por un momento pensó perfecto, al mirarlo atentamente descubrió que no lo era, en su mirada solo veía lujuria, era un príncipe joven al cual le faltaba mucha experiencia, por lo tanto deseaba comerse al mundo de una mordida, la princesa retrocedió unos pasos y regresó a su escondite, donde pudo observar que el príncipe joven solamente se alejo un poco del castillo, no se retiró, rondaba esperando...
Así pasaron muchos príncipes y plebeyos, unos de gran edad, otros tan pequeños que parecía que caerían del caballo, unos con tanta experiencia que sobrepasaban al Rey mismo, otros sin la mínima idea de lo que se encontraba atrás de los muros del lugar que habitaban, unos hermosos como ángeles, otros que simplemente no habian sido dotados de belleza alguna, unos inteligentes, otros no tanto, unos intrépidos y juguetones, otros serios y callados
La princesa observaba muchos principes y plebeyos, hubo unos momentos en los que la princesa se acercó al trono, sin embargo el Rey la miraba y le señalaba que no era lo que ella merecia, le señalaba lo que no estaba acorde, lo que no era para ella y entonces la princesa retrocedia nuevamente; cada vez que salía aquél joven príncipe se intentaba acercar a la princesa, pero los subditos del Rey lo impedían, la princesa deseaba conocerlo, pero debido a la negativa del Rey regresaba a su escondite a seguir observando, esperando a su príncipe soñado
Así pasaron los días, las semanas, los meses, los años, la princesa dejo de ser la niña que era, se había convertido en una hermosa mujer, era más asediada por los príncipes y muy observada por el mundo entero que se habían percatado de su cambio, pero además del cambio físico por su edad, había crecido en sus experiencias, al haber observado tantos príncipes y plebeyos buscando aparentemente su amor había visto que muchos de ellos llegaban con mirada de egocentrismo, envidia, lujuria, avaricia, por lo que a ninguno habia aceptado, a algunos se había acercado, sin embargo la mirada de su padre la hacía volver a observar y descubrir aquello que él había encontrado en su desagrado
Poco a poco la princesa comenzó a decepcionarse, pasaba el tiempo, pasaban los años, y su príncipe no aparecía, una noche le pidió a la Luna que le concediese un deseo, el deseo era que llegase su príncipe perfecto para ella, su padre, el Rey al oírla hablar a la Luna se acercó a ella, le dio un fuerte abrazo y le dijo "Mi pequeña hija, no te desesperes, tu eres la niña de mis ojos, la rosa más perfecta de mi jardín, no te quedaras sola, debes aprender, que lo que más vale la pena, es lo que más tarda en llegar, lo que más cuesta, has hecho bien al seguir mis consejos y volver a mirar a aquellos príncipes y plebeyos que yo he desaprobado, y que tú por solo verlos ciegamente los habrías aceptado, has hecho bien al seguir mis enseñanzas, siendo una princesa obediente, dejando a un lado tus propios caprichos con tal de cumplir mi voluntad, porque sabes que de una o cierta manera estoy en lo cierto, te amo y por eso no dejaré que te desposes con cualquier príncipe, no dejaré que aquel joven príncipe quien con tanta insistencia se ha quedado esperando desposarte lo haga, un día llegará el príncipe que será perfecto para tí, lo prometo"
La princesa con lágrimas en los ojos aceptó las dulces palabras de su padre, tomo su lugar en la ventana, sentada en un sillón tan cómodo como una nube se quedó profundamente dormida, la despertaron los primeros rayos del sol despuntando sobre el horizonte, ahi sentada observando el espectáculo de la naturaleza, no se percató que un joven se acercaba al castillo; la princesa después de haber escuchado a su padre ya no tenía esa sensación de estar buscando, si no que estaba tranquila, observando
El joven se entrevisto con el Rey, no era ni príncipe, ni plebeyo, era dueño de ciertas tierras que daban buena cosecha, tenía buenos ganados, era un joven con estudios bastante adelantados, el Rey mandó a llamar a la princesa, quien se acercó lentamente al observar que su padre no se encontraba solo, observó atentamente al joven, al ver sus ojos, por unos momentos quedaron prendados ambos, al mismo tiempo, vio como las mejillas del joven se sonrojaban, por lo que ella liberó sus labios en una linda sonrisa que fue correspondida por el joven con la más maravillosa sonrisa que había visto en su vida, ella había visto a tantos príncipes y plebeyos que se sorprendia que ninguno había causado esa impresión en ella
El joven lentamente se acercó y le habló a la princesa "Princesa mía, la más hermosa entre todas las princesas, sé que has estado buscando alguien con quien desposarte y no has encontrado a nadie, sé también que hasta hace poco seguias buscando y que ahora, en estos tiempos ya has dejado de buscar, no por que hayas encontrado a alguien, si no porque has encontrado a muchos incorrectos, yo no sé si sea el incorrecto pero me gustaria llegar a conocerte, si tu padre, el Rey me lo permite"La princesa quedo embelesada con sus palabras, el Rey al mirarla tan sorprendida y habiendo analizado previamente al joven acepto que se acercara a su hija, quien sonriendo dijo que aceptaba su amistad
Pasó el tiempo, la atracción se volvió amistad, la amistad se volvió cariño, el cariño se volvió ilusión, la ilusión se volvió amor, amor que el Rey un día bendijo, la princesa había encontrado a alguien, no había sido ningún príncipe que hubiera llegado cabalgando al reino con espada desenvainada queriendo luchar por ella, había sido alguien mejor, alguien que sería irremplazable, alguien que parecia haber nacido perfecto para ella, alguien a quien no había buscado, simplemente se habían encontrado mutuamente y así, mutuamente y en el mismo momento supieron que eran perfectos el uno para el otro
La boda de la feliz pareja se celebraba y la princesa pensaba: Buscaba a mi príncipe perfecto, pero lo único que necesitaba era al amor de mi vida
La princesa era completamente feliz y junto con su esposo vivieron felices para siempre
FIN....